Uno de cada seis españoles sufre de dolor crónico, según estiman los últimos estudios realizados al respecto. Esto supone que un 17% de la población, seis millones de españoles en términos absolutos, se ve afectada por una enfermedad que no se adscribe a ninguna especialidad médica y que, por tanto, suele asumir la atención primaria.
Todos los pacientes que sufren dolor crónico pueden beneficiarse de un tratamiento específico por parte de una unidad especializada en el tratamiento integral del dolor. El 90% de los pacientes acuden por problemas relacionados con la columna vertebral (lumbalgias, radiculopatías, hernias discales, estenosis de canal) o por problemas degenerativos (artrosis, artritis) de articulaciones como hombro, rodilla, cadera y tobillo. Otro grupo importante lo forman los pacientes con dolor neuropático (neuropatía diabética, neuropatías periféricas, neuralgia postherpética, neuralgia del trigémino). También ayudamos a deportistas que sufren alguna lesión o dolor.
El tratamiento puede ser farmacológico o invasivo, y siempre se ofrece de forma coordinada con otros tratamientos (fisioterapia, rehabilitación, terapia psicológica, medicina general, etcétera). El objetivo final de UDO es disminuir el dolor referido por el paciente, así como mejorar su calidad de vida y su situación funcional con la máxima seguridad, informando al paciente de forma detallada y clara de las distintas alternativas que pudieran existir, para conseguir el mejor tratamiento de forma individualizada.
El dolor crónico no se cura pero se puede aliviar. Aquí es donde entran en juego las unidades de dolor y los especialistas en este campo. El dolor es un problema de salud pública con características epidémicas. A pesar de disponer de las herramientas adecuadas para el diagnóstico y tratamiento del dolor, la mayoría de estudios reflejan una gestión inadecuada del dolor, tanto en España como en países con modelos sanitarios avanzados.